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En esta fase tan inicial, lo primero que analizaremos será la idea de negocio y la necesidad que resuelve la startup así como el tamaño de mercado. Debemos asegurarnos de que existe mercado suficiente que requiera de esta solución empresarial que propone la startup. Además valoraremos contigo el coste de oportunidad y llevarás a cabo un análisis de competencia para conocer las fortalezas y debilidades de los players del mercado.
Una vez hemos analizado la oportunidad y tamaño de mercado, procederemos a definir los públicos a los que nos dirigimos y a definir la propuesta de valor, lo que nos permitirá construir un MVP adecuado a las hipótesis que pretendemos demostrar. Una vez recojamos los datos, podremos determinar con más exactitud la posibilidad de éxito del modelo de negocio propuesto por la startup. En esta etapa, será el momento de pivotar en caso de necesitar hacerlo, para adaptar el producto a las necesidades y respuestas recogidas en el MVP.
Esta etapa marca el paso a las etapas posteriores donde comenzaremos el proceso de aceleración. Será el momento de analizar el trabajo realizado y ver si realmente el proyecto está construido correctamente para dar el paso a una fase de aceleración en la que entren inversores a formar parte de él. En esta fase emprendedor y mentor se reunirán para evaluar si se están cumpliendo los objetivos.
Esta fase viene definida por la entrada de financiación externa. Cuando lleguemos a ella, todas las fases anteriores deben estar correctamente ejecutadas. Ya no es un proyecto en construcción. Ahora existe un proyecto real capaz de generar ingresos y su viabilidad y capacidad de crecimiento son los factores que los posibles inversores comenzarán a valorar para comprometerse económicamente con el proyecto.
Una vez consigamos llevar a la startup a esta fase, ya tenemos una empresa monetizando y con bastantes posibilidades de escalabilidad. Ahora es el momento de convertir esas posibilidades en realidad. Menttoriza seguirá formando parte del ADN de la startup.